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Potencial unión de fuerzas revolucionarias: trabajadores y campesinos rusos antes de febrero del 17

Rusia tenía una impresionante extensión territorial, millones y millones de campesinos pobres y una pequeña clase obrera, muy concentrada entre las ciudades de Moscú y Petrogrado. De cómo se combinaron estas fuerzas revolucionarias bajo el zarismo y forjaron la revolución.

Por Ana Sanchez

Bajo el dominio de los Romanov, Rusia era un país rezagado. Cuatro partes de cinco (4/5) de las clases populares, eran campesinos. El proletariado se reducía a 2 millones de obreros hacia el año 1917. Era una clase obrera muy joven, que se había concentrado en centros urbanos y había crecido mucho, cuantitativamente, en poco tiempo.

Estaban sometidos a unas condiciones de vida muy duras: vivían hacinados en barracones, sin condiciones sanitarias y con jornadas de hasta dieciséis horas. Además tenían prohibido cualquier tipo de organización obrera o cualquier reunión para discutir sus problemáticas.


Dormitorio obrero en 1917

Entre la revolución de 1905 y la Primera Guerra Mundial que se inicia en 1914, en menos de diez años, Rusia había duplicado su producción industrial. Aun así, la riqueza por habitante seguía siendo 8 veces menor a la que tenía, por ejemplo, EE.UU. Pero, la gran industria en Rusia (fábricas entre cien y mil obreros) representaba el 41,4%, mucha más concentración obrera que en los países capitalistas centrales, incluso si se analiza Petrogrado o Moscú, las fábricas podían tener aún una concentración más alta.

Pero en Rusia no fue como en otros países de Europa. La burguesía nacional casi no existía. Más del 40% del capital era de origen extranjero. La gran concentración industrial pertenecía, casi por completo, a capitalistas extranjeros que tenían poder e influencia política en sus propios países y no les interesaba ser parte del poder en Rusia, siempre y cuando los Romanov y sus socios les garantizaran los negocios. Esto explica, de alguna manera, por qué no había espacio para el desarrollo de una revolución burguesa “clásica” contra la nobleza, como la francesa, por ejemplo.

Una clase obrera “joven” con mucha experiencia de lucha

Relata Trotsky en su obra Historia de la Revolución Rusa: ”el proletariado ruso había de dar sus primeros pasos bajo las condiciones políticas de un Estado despótico. Huelgas ilegales, organizaciones subterráneas y clandestinas, manifestaciones callejeras, choques con la policía y el ejército: tal fue su escuela”.

Entre 1903 y 1917 hubo millones de obreros que fueron a la huelgas, un promedio de 500 mil por año, con picos huelguistas tanto en la Revolución de 1905, como en los inicios de la Primera Guerra Mundial, donde eran más de un millón los huelguistas. Rápidamente esas huelgas se transformaron en huelgas políticas, no sólo exigían mejores condiciones de trabajo y poder tener acceso a alimentos y elementos básicos que escaseaban, sino que también se enfrentaban al Zar.

Hay que destacar la participación de las mujeres en estos movimientos huelguistas. Ellas habían entrado masivamente a las fábricas cuando los hombres tuvieron que ir a la guerra. En Petrogrado, entre 1914 y 1917, las mujeres trabajadoras eran un tercio de la fuerza laboral total. Se estaban convirtiendo en parte de la maquinaria de producción capitalista a gran escala en Rusia. En las fábricas la conciencia de las mujeres trabajadoras crecía, como entre las textiles, por ejemplo, que fueron quienes primero salieron a la huelga el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, que fue nada menos que el inicio de la Revolución de febrero de 1917.

¿Y qué pasaba con los campesinos?

Los trabajadores rusos tenían en sus manos el control de grandes industrias que amasaban millones para los capitalistas extranjeros y que además, eran importantes para el desarrollo y el desempeño bélico del gigante asiático en la Primera Guerra Mundial. Esto significaba un enorme poder. Pero eran minoría.

El 80% en Rusia eran campesinos, que estaban desperdigados por la enorme extensión territorial, que además comprendía diferentes nacionalidades, culturas, dialectos, etc. En su gran mayoría seguían siendo analfabetos y vivían en condiciones miserables.


Campesinos rusos en 1917

Si bienla servidumbre se había abolido por decreto en Rusia en 1861, la agricultura seguía siendo igual que durante los últimos dos siglos. La vida en los campos de Rusia estaba al margen de las transformaciones agrícolas que se habían producido en la mayoría de los Estados de Europa, por eso en las zonas rurales predominaban todavía las formas antiguas de explotación de la tierra.
Además, la mayor parte propiedad de la tierra estaba en manos de la nobleza, esto representaba un gran problema a la hora de producir eficazmente para alimentar a una población en crecimiento continuo y en guerra.

Así, el campo seguía siendo el centro de profundas contradicciones.

Si bien había tierra suficiente para que se cultivara de forma rentable, la forma de explotar el campo debía pegar un salto en la utilización de la nueva tecnología; pasar de usar el viejo arado de madera, a incorporar el nuevo tractor.

Luego de la Revolución de 1905, se sancionaron nuevas leyes para la explotación del campo. En 1906 fue implantada una cierta reforma, que finalmente lo que hizo fue beneficiar a una nueva clase de hacendados capitalistas. Mediante la nueva ley, se podrían subdividir las parcelas comunales en las que se organizaba la explotación de la tierra y venderlas. Esto ayudaba a que los campesinos acomodados se hiciesen de latifundios y pasaran a ser una nueva clase social poderosa.

Además, esta situación generó también que muchos campesinos se vieran expulsados a las ciudades y éstas rápidamente se superpoblaron, su crecimiento era exponencial. Los que se quedaron viviendo de la tierra fueron empobrecidos aún más cuando 10 millones de ellos fueron convocados para la Guerra Mundial.

Trotsky afirma en Historia de la Revolución Rusa que “si la cuestión agraria, herencia de barbarie de la veja historia rusa, hubiera sido resuelta por la burguesía, el proletariado ruso no habría podido subir al poder en 1917. Para que naciera el Estado soviético, fue necesario que se coordinasen recíprocamente dos factos de naturaleza histórica complemente distinta: la guerra campesina, movimiento característico de los albores del desarrollo burgués, y el alzamiento proletario, el movimiento que señala el ocaso de la sociedad burguesa. Fruto de esta unión fue el año 1917”.

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