En las trincheras se debate el trato a los prisioneros de guerra. Los ministros y los soldados con posiciones antagónicas.
El ministro de agricultura Chingarev, se reunió con delegados de los soldados en las trincheras para defender el decreto de Guchkov contra la “excesiva indulgencia” hacia los prisioneros por las “ferocidades alemanas”.
Sin embargo no logró convencer a los delegados quienes se pronunciaron a favor de que se mejore la situación de los prisioneros.
Los liberales quieren al ejército de su lado para preparar la ofensiva, pero los soldados los ven como obreros y campesinos arrojados a la contienda, son los pares de los combatientes rusos.
Esta actitud llama la atención de quienes son acusados de “salvajismo” por estos mismos liberales. Su objetivo es la continuación de la guerra, sin embargo lo que no toleran es que las represalias sean más cruentas contra la oficialidad propia que hostiga a la tropa, que contra un soldado alemán.
Están de la vereda de enfrente los hombres ilustrados y los ministros burgueses que abogan y discuten por un recrudecimiento de la violencia. Los soldados y las masas quieren defender la revolución.
