Luego de duras semanas de persecución y un retroceso de su influencia, el partido ve resurgir la simpatía principalmente entre los obreros
Las elecciones celebradas en muchos puntos del país las últimas semanas, muestran el fortalecimiento de las fracciones bolchevistas en los soviets, luego del debilitamiento que sufrieron tras las jornadas de julio, y la dura campaña emprendida por el gobierno provisional y la burguesía.
En Kronstadt, el nuevo Soviet estaba compuesto de cien bolcheviques, setenta y cinco socialrevolucionarios de izquierda, doce mencheviques-internacionalistas, siete anarquistas y más de noventa sin partido, ni uno solo de los cuales se decidía a confesar abiertamente sus simpatías por los conciliadores.
En el Congreso regional de los soviets de los Urales, que recién comienza, el número de delegados bolcheviques es de 87; el de socialrevolucionarios de 40; el de mencheviques, de 23.
Tsaritsin el Soviet pasó a ser bolchevista así como su nuevo alcalde, Min, ante lo cual Kerenski, sin ningún motivo serio, mandó una expedición de castigo contra Tsaritsin para destruir aquel nido bolchevique.
No sólo en Petrogrado y en Moscú, sino en todas las regiones industriales, se alza un número cada vez mayor de brazos en favor de las resoluciones bolchevistas.
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