Epoca

Una jornada conmovedora

Informe de un corresponsal presente en la despedida de las víctimas de la revolución de febrero.

Nos encontramos en el centro de Petrogrado, culminando una jornada conmovedora, hoy se despidió a los caídos en los cinco días de combate de febrero, cientos y cientos de ataúdes rojos llegaron en cortejo desde todos los barrios. La barriada obrera de Viborg despidió a sus 50 compañeras y compañeros abatidos.

Los caídos fueron las víctimas de un régimen que sólo podía acudir a la represión para mantenerse en pie, pero la voluntad de obreros y soldados fue más fuerte que cualquier bala, y hoy ese régimen es parte de un museo de antigüedades.

Los números ya hablan de más de 800 mil personas que desfilaron por delante de las tumbas, con banderas y músicas. Compartimos el testimonio de Miluska, una obrera textil que lamentablemente perdió a su marido en esa semana, esto nos contaba:

Miluska: "Hoy vine a despedir a mi marido quien murió producto de un balazo de un policía por la espalda, bien cobarde. El murió pero le dejo a nuestros hijos una país un poco más libre, un pueblo con la cabeza bien alta, falta mucho por recorrer, pero lo principal esta.
¡Estamos despiertos, estamos unidos y sabemos que tenemos la fuerza! Los soldados, aliados valientes, con ellos vamos por el fin de esa matanza entre obreros que es la guerra. ¡Tenemos ganas de tener futuro!"

El testimonio de Miluska refleja lo que se vivió en la fortaleza de Pedro y Pablo, los presentes estaban muy golpeados pero con un brillo profundo de esperanza en sus ojos, pues saben que desde ese momento mucho ha cambiado en nuestra Rusia.

En este momento tenemos a un gobierno democrático que está escuchando poco al pueblo, y eso no es bueno, hay muchas demandas pendientes y eso también se expresó en esta jornada.

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