Hace tres días que el dirigente del Soviet de Petrogrado de 1905 está detenido en un campo de prisioneros alemanes bajo el mando de la policía británica.
El revolucionario ruso, exiliado a causa de la persecución del derrocado régimen zarista, se encontraba de regreso en una embarcación noruega llamada "Christianiafjord", junto a su familia y otros emigrados "al país de la revolución".
En la ciudad de Halifax (Canadá) subieron a revisar el barco las autoridades de la Marina inglesa y, en nombre del almirante del puerto, ordenaron que abandonen el barco Trotsky, su familia y cinco pasajeros más.
Los testigos cuentan que se negaron a obedecer la orden por ser completamente ilegal, así que los marineros, armados, se lanzaron a detenerlos. Los condujeron en tren a Amherts, a un campo de concentración de prisioneros alemanes, donde junto a 800 presos todavía se encuentran privados de su libertad.
Se conoció la detención y todavía el Gobierno Provisional no ha tomado cartas en el asunto.
