Soviet

Sóviets: los órganos del poder revolucionario

Durante abril Lenin dio una importante lucha dentro del Partido Bolchevique para reorientar su política. En sus Cartas desde Lejos, las Tesis de Abril y otros textos desarrolló distintas discusiones sobre cómo debía intervenir el partido en la revolución.

Por Jazmín Jiménez

¿Quiénes eran los aliados de los trabajadores rusos en esta revolución?

Lenin consideraba que eran dos.

Por un lado, la masa de semiproletarios y de pequeños campesinos que constituían la inmensa mayoría de la población rusa, para los cuales eran esenciales la paz, el pan, la libertad y la tierra. Si bien estos sectores sufrían la influencia de la burguesía, las lecciones que iban sacando sobre la guerra que continuaba los irían acercando al proletariado. Había que aprovechar la libertad relativa del nuevo régimen y los sóviets de diputados obreros para esclarecer y organizar a estos sectores. Por eso organizar los sóviets de diputados campesinos y los sóviets de obreros agrícolas, era una de las tareas más urgentes.

En segundo lugar, la clase obrera rusa tenía como aliado a los trabajadores del resto de los países en guerra y de todos los países en general. Ese aliado se encontraba en gran medida reprimido por la guerra y los partidos socialdemócratas, que eran su dirección y se habían pasado a las filas de la burguesía. Pero la continuidad de la guerra los iba liberando de esa influencia. La revolución rusa hacía lo suyo y aceleraba ese proceso en enormes proporciones.

Una dirección conciliadora en los sóviets

El sóviet había publicado un manifiesto cuyo contenido demostraba que el proletariado se hallaba bajo la influencia todavía de los políticos pequeño burgueses. La designación de Kerensky en el Gobierno Provisional y el llamado de aquel manifiesto a apoyar a ese gobierno, eran para Lenin un ejemplo de traición a la causa de la revolución y a la causa del proletariado. Traición que había condenado a muerte a muchas revoluciones del Siglo 19.

El proletariado no podía y no debía apoyar a un gobierno de guerra, a un gobierno de restauración. Para combatir la reacción, para rechazar todas las probables tentativas de los Romanov y de sus amigos de restaurar la monarquía y organizar un ejército contrarrevolucionario, era necesario no apoyar al Gobierno Provisional.

Una milicia obrera

Lenin consideraba que había que organizar una milicia proletaria y armar al pueblo bajo la dirección de los obreros. Una milicia que remplazara a la policía y en la que participase todo el pueblo, todos los hombres y mujeres. Que haga imposible el restablecimiento de cualquier gobierno monárquico constitucional o republicano democrático. Que combinase las funciones de un ejército popular con funciones de policía, con las funciones de órgano principal del orden público y de la administración pública. De esa forma los obreros avanzados de Rusia emprenderían realmente el camino hacia nuevas y grandes victorias.

La milicia sería el organismo ejecutivo de los sóviets de diputados obreros y soldados, gozaría del respeto y la confianza ilimitados del pueblo, porque sería una organización del pueblo entero. Transformaría la democracia, que pasaría de ser un hermoso rótulo que encubría la esclavización y el tormento del pueblo por los capitalistas, a un medio de verdadera educación de las masas que tomaría todos los asuntos del Estado en sus manos. Incorporaría a los jóvenes a la vida política y los educaría, no sólo con palabras, sino mediante la acción y el trabajo. Sumaría a esta labor a todas las mujeres adultas, porque si no se incorporaban a las mujeres a las funciones públicas, a la milicia, a la vida política y si no se las arrancaba del ambiente embrutecedor del hogar y la cocina, era imposible asegurar la verdadera libertad, construir mínimamente una sociedad democrática, y menos que menos el socialismo.

Un Estado completamente distinto

Para Lenin los sóviets eran tanto los órganos de la insurrección como los órganos del poder revolucionario. Era necesario un Estado, pero no el tipo de Estado que necesita la burguesía con organismos de gobierno (policía, ejército y funcionarios públicos) separados del pueblo y en contra de él.

Lenin consideraba que para que los trabajadores pudiesen defender las conquistas de la revolución y seguir adelante, debían “destruir” esa maquinaria del Estado y reemplazarla por otra nueva, fusionando la policía, el ejército y la burocracia con todo el pueblo armado. Siguiendo el camino indicado por la experiencia de la Comuna de París de 1871 y de la Revolución Rusa de 1905. El proletariado debía organizar y armar a todos los sectores pobres y explotados de la población, a fin de que ellos mismos puedan tomar directamente en sus propias manos los organismos del poder del Estado.

Los obreros de Rusia emprendieron ese camino en febrero de 1917. Ahora debían comprender claramente cuál era ese nuevo camino y avanzar con firmeza y perseverancia. La tarea inmediata era la organización delas amplias masas de las clases oprimidas para que se hiciesen cargo de las funciones militares, políticas y económicas del Estado.

Explicar pacientemente

En abril los bolcheviques se encontraban en minoría en la mayor parte de los sóviets frente a los partidos que conciliaban con la burguesía y que llevaban su influencia al seno del proletariado. Por lo cual para Lenin había que explicar a las masas que los sóviets eran la única forma posible de gobierno revolucionario. Y que mientras ese gobierno se sometiese a la influencia de la burguesía, la misión del partido solo podía consistir en explicar los errores de esa política de un modo paciente, sistemático, tenaz y adaptado especialmente a las necesidades prácticas de las masas, para que en base a la experiencia corrigieran sus errores.

Lenin escribía: “estoy profundamente convencido de que los sóviets convertirán en una realidad, más de prisa y con mayor eficacia que la república parlamentaria, la actividad independiente de las masas populares. Los sóviets resolverán con mayor eficacia, con mayor sentido práctico y más correctamente qué pasos pueden darse hacia el socialismo y cómo deben darse esos pasos.”

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