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Rosa Luxemburgo, águila de la revolución

Una de las dirigentes revolucionarias más destacadas del siglo, una vida dedicada a la revolución socialista

Nació el 5 de marzo de 1871 en Polonia y murió asesinada el 15 de enero de 1919. Fue una personalidad revolucionaria sin igual.

A los 15 años empieza a militar en Varsovia; su actividad continúa en Zúrich, donde poco después se transforma en dirigente del Partido Socialista de Polonia y Lituania. A fin de siglo se instala en Berlín para integrarse al Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), el corazón de la Segunda Internacional. Allí se enfrenta teóricamente con el revisionismo reformista de Eduard Bernstein, con su folleto “Reforma o revolución”.

En 1905 el estallido de la primera Revolución Rusa impacta profundamente a Rosa Luxemburgo, quien intenta transmitir ese espíritu revolucionario a los obreros alemanes, contra de la actitud conservadora de la dirección del SPD. En los años siguientes, Rosa se enfrenta a la estrategia parlamentarista, evolutiva y pasiva de la dirección.

El 4 de agosto de 1914, los diputados socialdemócratas votan en el Parlamento a favor de los créditos para la Primera Guerra Mundial. La socialdemocracia europea traiciona la causa de la clase obrera, apoyando en cada país a su propia burguesía imperialista. La Segunda Internacional se había convertido en un “cadáver maloliente”, en palabras de Rosa Luxemburgo. Rosa lleva adelante una fuerte militancia internacionalista, junto a Zetkin, Liebknecht, Lenin y Trotsky.

En 1917 apoyó firmemente la Revolución Rusa y a los bolcheviques. Sin dejar de plantear diferencias y críticas, -sobre algunas importantes cambia de posición después de salir de la cárcel en 1918-, Rosa escribe que “los bolcheviques representaron todo el honor y la capacidad revolucionaria de que carecía a socialdemocracia occidental. Su Insurrección de Octubre no sólo salvó realmente la Revolución Rusa; también salvó el honor del socialismo internacional.”

El 15 de enero de 1919, en el marco de la revolución de los consejos obreros en Alemania, Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht son arrestados y asesinados por los Freikorps, soldados que actuaban bajo el gobierno socialdemócrata de Noske y Ebert.

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