Hoy, la Duma quiso obligar a los Soldados a someterse nuevamente a sus oficiales. La resolución fue duramente rechazada por la asamblea del Soviet.
Rodzianko, el presidente de la Duma parlamentaria, intentando apagar el fuego revolucionario, publicó hoy un decreto sobre el retorno inmediato de los soldados a los cuarteles y su respeto a la oficialidad, duramente cuestionada por haber sido fiel al Zar. Mucha fue la agitación que causó esta actitud: Los miles de soldados que estaban en Petrogrado se congregaron en el Soviet y bajo la ausencia de los principales dirigentes Mencheviques y Socialistas Revolucionarios, votaron el poderoso decreto N° 1 que mina el poder de los oficiales y del gobierno provisional. Define que sólo el Soviet tiene autoridad en ciertas cuestiones claves.
Como si esto fuera poco, los dirigentes del comité ejecutivo del soviet que se encontraban ausentes al momento del decreto revolucionario, cuando se enteraron de la noticia se apuraron a sacar uno nuevo que exigía la sumisión de los soldados al viejo mando. Por las calles se comenta que poco se diferencia de las órdenes de Rodzianko. Mucha fue la sorpresa de estos señores cuando se encontraron con que los cajistas se negaban rotundamente a escribirlo. Para esos trabajadores, restituir la sumisión de los soldados a los oficiales, implica poner en riesgo la revolución.
Todo parece indicar que lo único que logra imponerse es la firme voluntad de los obreros, campesinos y soldados.
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