En varias provincias los campesinos no esperan la Asamblea Constituyente para hacerse con el control de las tierras. Los órganos de gobierno local intentan contenerlos.
Desde las tierras del Sur Occidental, del distrito de Pavlogard, llega un informe que plantea una situación poco típica, los miembros del comité agrario aclaran a los vecinos todas las malas interpretaciones, y de este modo "previenen cualquier exceso" intentando de esta manera frenar la toma de propiedades de manos de los grandes propietarios.
Sin embargo las formalidades no parecen servir para contener el ánimo. La estepa asiática es un buen ejemplo, donde los Kirguises, a quienes los zares despojaron de las mejores tierras en beneficio de sus servidores, se levantan ahora contra los terratenientes, invitándoles a abandonar con la mayor rapidez las haciendas robadas. El comisario de Akmolinsk dice que "este punto de vista va arraigando cada vez más en la estepa".
En muchas provincias lo largo y ancho de lo que fuera el Imperio Ruso, la acción directa de los campesinos viene siendo cada vez más frecuente y enérgica, secundados y en muchos casos alentados por los soldados.
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