Soldados

Llegan noticias de la revolución al frente de guerra

Después de 1000 días de combate, a las trincheras llegó un bombazo inesperado: en Petrogrado obreros y soldados iniciaron una revolución que ya destronó al Zar Nicolás II

¡Gracias a Dios, a ver si ahora tenemos pronto paz! Fueron las primeras palabras de un soldado, luego de leer los titulares de un periódico socialista que llego a sus manos. ¡Fin de la monarquía! ¡Paz, pan y tierra! Las noticias confirman que obreros y soldados controlan el país. De los ojos de aquél recluta brota la esperanza de saber que caído el Zar, la guerra terminaría y pronto volvería a su casa.

En muchas trincheras la noticia de la revolución llega a través de los soldados alemanes, en otras son los oficiales los que con cintas rojas en el brazo anuncian los sucesos revolucionarios. Pero en centenares de regimientos la información es acompañada con amenazas de represarías si osaban declararse en desobediencia y sumarse a la revolución.

Se registran cientos de mítines y revueltas por todo el frente, los soldados no tienen piedad con los generales, todos fueron desarmados, cientos han sido detenidos y los más odiados han sido arrojados al hielo. Los soldados están convencidos de lo irreversible de la revolución.

Pudimos recoger un testimonio de un oficial de la marina, que sin tapujos expuso su preocupación: "La patria sin el Zar está en peligro, la guerra está en peligro, los soldados no quieren combatir” declaró.

¿Qué pasará con la contienda? Es la pregunta que tanto soldados como jefes tiene en la mente.

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