Palchinski intenta persuadir al Sóviet de su solución ante el problema económico que azota Rusia
Ante el programa del Sóviet, el gobierno se limitó a forjar un plan para trasladar las fábricas y los talleres de la capital al interior del país.
Este plan se basa en consideraciones de orden militar -para esquivar el peligro de que los alemanes se apoderen de la capital-, y en razones económicas, alegando que Petrogrado se halla demasiado lejos de las cuencas de combustible y las zonas de origen de las materias primas.
Otro motivo claro de dicho plan es el de desparramar por todo el país a la vanguardia de los trabajadores. Mientras tanto, las autoridades militares formulan petición tras petición para que se evacue de Petrogrado a las tropas revolucionarias.
En este sentido, el nuevo Ministro de Comercio e Industria, Palchinski pone todos sus esfuerzos en persuadir al sector obrero del sóviet de las ventajas de la medida. No hay posibilidad de llevarla al la práctica contra la voluntad de los obreros, pero estos no parecen dispuestos a acceder a semejante plan, que desde el punto de vista económico no parece viable en lo más mínimo.
