De los dirigentes del partido bolchevique residentes en Rusia, ninguno había pensado en la idea de la dictadura del proletariado y la revolución socialista. Nadie pensaba pensaba más allá de la democracia burguesa.
En los momentos más álgidos de la revolución rusa, en los momentos que requerían mayor tensión y disposición para pensar y organizar al partido, Stalin no jugó ningún papel importante o destacado. En este marco Trotsky recuerda las coincidencias entre él y Lenin sobre el análisis, perspectivas y orientación que deberían tomar los revolucionarios ante los acontencimientos que se sucedían en Rusia en el año 1917. Es bueno tener presentes estos recuerdos, que en su momento tuvieron el objetivo de confrontar las mentiras del stalinismo que quiso primero tergiversar la historia para más tarde eliminar a sus adversarios y a Trotsky en particular. Este es un fragmento de sus memorias en Mi vida sobre las coincidencias entre Lenin y Trotsky:
(…) Todas las fórmulas fundamentales –posición ante la clase campesina, la burguesía, el gobierno provisional, la guerra, la revolución internacional- eran absolutamente idénticas. Sobre la piedra de toque de la historia, se contrastaba el “trotskismo” con el leninismo. El contraste tuvo lugar en las condiciones de una experinecia de pura química. Yo no podía conocer la posición adoptada por Lenin, sino que partía de mis propias premisas y de mi propia experincia revolucionaria. Y, no obstante, indicaba las mismas perspectivas y la misma línea estratégica que daba Lenin.
¿Quizá en esa época la cuestión estaba tan clara y la solución era evidente para todos? ¡NO! ¡Al contrario! La posición de Lenin fue durante todo ese período –hasta el 4 de abril de 1917, vale decir hasta su llegada a Petrogrado- una posición personal y axclusiva. A ninguno de los dirigentes del partido residentes en Rusa –¡a ninguno!- se les había ocurrido la idea de dirigir la dictadura del proletariado ni la revolución socialista. La conferencia del partido que, antes de la llegada de Lenin, había reunido unas cuantas docenas de bolcheviques, demostró que allí no había nadie que pensara más allá de la democracia. No en vano se han mantenido secretas hasta el día de hoy las actas de aquella conferencia. Stalin votó en ella por sostener al gobierno provisional de Buchkov y Miliukov y por llegar a una fusión de los bolcheviques con los mencheviques. Una posición semejante, si no mas oportunista todavía, adoptaron Rikov, Kamenev, Molotov, Tomsky, Kalinin y todos los demás dirigentes y semidirigentes actuales. Jaroslavsky, Orjonikije, Petrovsky, actual presidente del Comité Central Ejecutivo ucraniano (…) .
*Libro Mi vida. Intento autobiográfico, León Trotsky, capítulo 28. "El ’trotskismo’ en 1917", pp. 344-345. Segunda edición, Ediciones IPS-CEIP León Trotsky.
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