Gobierno Provisional

Con Trotsky a la cabeza, los bolcheviques abandonan el preparlamento

Al abrir la primera sesión del Consejo de la República, Kerenski no dejó pasar la ocasión de recordar que el gobierno, aunque conservaba "en toda su integridad el poder", estaba dispuesto a atender "todas las indicaciones verdaderamente valiosas": el gobierno, aunque absoluto, no dejaba de ser ilustrado. Se cedió un puesto a los bolcheviques en la mesa del Consejo, presidida por Avkséntiev y compuesta de cinco miembros; pero nadie ocupó ese puesto. Toda la atención estaba puesta sobre los bolcheviques.

Sujánov cuenta que en los pasillos del palacio de Marinski circula "un rumor sensacional: Trotsky ha vencido por una mayoría de dos o tres votos... y los bolcheviques abandonarán inmediatamente el Preparlamento".
Sin embargo la decisión fue tomada unos días antes en una reunión del Comité Central con el único voto negativo de Kamenev. quien caracteriza la orientación adoptada como "llena de peligros para el partido".

Una vez abierta la sesión Trotsky declara por la fracción bolchevista. "las clases burguesas se han propuesto como fin hacer fracasar la Asamblea constituyente." La agitación que produce en la derecha indica que no está tan errado. Luego ataca la política industrial, agraria y de abastecimiento del gobierno, para luego lanzar "La idea de entregar la capital revolucionaria a las tropas alemanas se nos aparece como un eslabón natural de la política general que ha de facilitar... el complot contrarrevolucionario." Las protestas estallan por toda la sala. Gritos sobre Berlín y el oro alemán, al vagón precintado de Lenin entre muchos insultos y agravios.

Abriéndose camino a través de las explosiones de odio que alternaban con momentos de calma, el orador termina así: "Nosotros, la fracción de los bolcheviques, declaramos que no tenemos nada de común con este gobierno de la traición al pueblo ni con este Consejo de la tolerancia para con la contrarrevolución... al abandonar el Consejo provisional, ponemos en guardia a los obreros, soldados y campesinos de toda Rusia. ¡Petrogrado está en peligro! ¡La revolución está en peligro! ¡El pueblo está en peligro!... Y dirigiéndonos al pueblo, le decimos: ¡Todo el poder, a los soviets!"

El orador baja de la tribuna. Los bolcheviques abandonan la sala. Tras momentos momentos de alarma y confusión. Finalmente la mayoría se tranquiliza y continúa el Consejo, sólo faltan los bolcheviques.

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