Con una gran mayoría analfabeta, los medios privilegiados de la sociedad rusa fueron la radio y el cine. La prensa partidaria tuvo un rol protagónico en las ciudades.
En la Rusia de principios de siglo XX se registraba un 80% de población analfabeta, fue por ello que el cine y la radio fueron los medios de comunicación más efectivos para la propaganda política zarista. Pero fue con la Gran Guerra donde el poder zarista se dedicó enfáticamente a producir películas de propaganda, urgido por la necesidad de aumentar el sentimiento patriótico.
La prensa, en especial la partidaria, jugo un papel muy importantes en las ciudades. Su publicación y distribución estaban declaradas ilegales, lo que hacia que la circulación fuera muy peligrosa. En la prensa se transmitían las polémicas que se daban en los círculos revolucionarios en torno a la revolución que se aproximaba en Rusia. Lenin, el líder bolchevique, consideraba a la prensa como el “organizador colectivo” de la clase trabajadora, ya que la dotaba de un programa para la acción revolucionaria y consideraba como militante del partido a todo aquél que en tiempos revolucionarios distribuyera la prensa.
En los días de la revolución los trabajadores se apoderaron de las comunicaciones de Petrogrado. Tenían bajo su control todas las oficinas de correos, telégrafos y radios, también controlaban las estaciones de tren y las imprentas. Esto garantizó que no llegaran antes de tiempo las noticias de la revolución y así lograron impedir que mandaran refuerzos militares a contraatacar.
