Ejército

Campaña del gobierno contra la jornada de 8 horas

Quieren enfrentar los soldados a los obreros. Los trabajadores comienzan su propia campaña.

Hace ya varios días que ha comenzado una intensa campaña contra la conquista de la jornada de 8 horas por parte de los trabajadores de Petrogrado y Moscú.

El argumento que más se escucha es que implica el debilitamiento del frente de batalla, el objetivo es claro, enfrentar obreros y soldados, que es de la única forma que a esta altura se puede revertir la medida tomada por los trabajadores.

La campaña no sólo se da con fuerza en la capital, sino que ya llegó hasta el frente. El soldado Pireiko que se encuentra en las trincheras, nos cuenta que allí tiene cierto éxito, pero el mayor problema que tienen es que la oficialidad es quien la impulsa y "lo que pierde a los oficiales que intentan enfrentar a los soldados con los obreros es precisamente eso: el ser oficiales. El soldado se acuerda muy bien de lo que el oficial era para él no hace mucho.»

En la capital la campaña es más intensa aún, desde hace días se puede ver en las esquinas, en la calle, en los tranvías, en todas partes, a soldados y obreros discutiendo calurosamente al respecto, que en algunos casos llegó a los puños.

Los obreros ante esta adversa situación no se quedaron de brazos cruzados, saben que del resultado de esta campaña depende tanto sus condiciones de vida, como su alianza con los soldados y por ende los campesinos.

Por eso comenzaron a informar a los soldados las cifras de los beneficios de guerra para los industriales y a organizar recorridas a fábricas y talleres, sobre todo las que trabajan para la defensa. Quieren que los soldados conozcan el estruendo de las máquinas, las llamas infernales de los hornos, las vidas que se lleva la fábrica. El soldado mira y escucha; el obrero enseña y explica. Mayormente las visitas terminan con una fraternización solemne. Habrá que ver qué campaña tiene más fuerza. El destino de la revolución no está definido aún.

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